A Márkaris lo descubrí porque me apetecía viajar pero no tenía claro dónde, sólo sabia que tenía que ser un lugar cálido y que no podía ser Italia (es que venía de una sobredosis de Camilleri). Leí el primero de la serie de Jaritos, Noticias de la noche, y me encantó. Unos meses después tuve una emergencia lectora que me pillaba lejos de mi librería de cabecera y no tuve más remedio que dar un salto hasta el cuarto de la serie, El accionista mayoritario, que también me encantó. Y no había leído más a Márkaris hasta que durante la BCNegra me prometí a mí misma leerlo todo, en orden, antes del verano. Así que empiezo por el segundo, Defensa cerrada.
Para quien no lo conozca, Kostas Jaritos es un policia de una cierta edad, que ya era policia durante la dictadura griega, que está casado con Adrianí, una ama de casa que de tan típica y tópica no lo es y que hace unos tomates rellenos que se ve que quitan el sentido, y que tiene una hija, Katerina, lista e independiente que estudia derecho. Dicen de él que es cínico y puede que sí, pero también tiene un punto de ternura, sobre todo en el trato con su familia, que lo humaniza. Yo creo que con el tiempo, todos nos volvemos un poco cínicos, es difícil sobrevivir en Grecia, y para el caso en España también, sin una cierta retranca vital.
Jaritos es un tipo honesto que intenta hacer su trabajo lo mejor que puede y eso, aquí y en la conchinchina, trae problemas. Claro que sus problemas no son nunca muy, muy graves, pero ser Jaritos, fácil no es. En este libro, es un poco menos fácil todavía.
Adrianí y Jaritos empiezan la novela de vacaciones en Creta en casa de la hermana de Adrianí, donde hay un terremoto que causa un desprendimiento de tierras en el que aparece un muerto, que resulta ser un árbitro de la tercera división de fútbol de Grecia. Ahí empieza todo. Luego habrá más muertos, entre ellos el de Dinos Kustas, un empresario de la noche ateniense.
Algunos dirán que la novela trata de la corrupción en el futbol, del blanqueo de dinero, de tejemanejes políticos… y no andarán del todo equivocados. Pero a mi me parece que esta novela también es un estudio sobre las relaciones familiares, sobre como se construyen y defienden el amor y el cariño dentro de las familias, o no. Va de como se quiere cuando parece que no se quiere y de como no se quiere cuando parece que sí.
Leer a Márkaris justo ahora es muy útil para entender lo que pasa en Grecia pero también lo que pasa aquí en España. Tiene la capacidad de los buenos escritores de llegar a lo universal a partir de la anécdota, porque todo en sus novelas tiene que ver, primero y por encima de cualquier otra cosa, con la condición humana.
Me da hasta un poco de vergüenza decirlo, mi autoestima lectora no es lo que debería ser, pero hay un par de cosas en el libro que a mí me chirrían un poco. Jaritos va a tener un susto relacionado con la salud que debería causar más transtornos cotidianos de los que le causa, porque siendo como es Adrianí, tampoco se pone muy pesada y debería. La otra cosa que me dejó un poco así es el momento en que descubrimos el motivo de todos los crímenes. Está explicado en un par de párrafos de un diálogo y yo no entendí lo que me estaban contando. Me di cuenta de que ése era el quit de la cuestión pero tuve la sensación que necesitaba un máster o similar en economía y yo soy de letras. Puede que sea ignorancia mía pero creo que mi formación en economía está dentro de la media así que supongo que más lectores se abran quedado con cara de «vale, lo que sea». Estas dos tonterías no hacen que el libro sea para nada menos interesante y entretenido. Lo comento, más que nada, para que si vosotros también os quedáis un poco así, sepáis que no estáis solos.
Los libros de Márkaris son fáciles, se leen bien en cualquier parte y en cualquier momento. Pero a mi me gustan especialmente en días cálidos, porque son libros que te dan calorcito interior, te cabrean con el mundo, pero te reconcilian con la humanidad. Son novelas todo terreno con las que todo va bien, la música y el silencio, el barullo de un parque o de la playa o la soledad de tu casa, no se requiere ningún tipo de bebida alcohólica para acompañar. Las novelas de Márkaris son seguras y confiables, no te fallan nunca.
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