Me puse a releer a Grafton el otro día porque recordaba que sus libros me habían entretenido. Me ha pasado una cosa rara, porque con el primero que releí ya me pasó un poco, pero con este me ha pasado todavía más. A estos libros les sobran muchas páginas, pero muchas, y me he encontrado saltándome páginas enteras de descripciones totalmente innecesarias. Igual me pasa que he aprendido a leer y me he puesto exquisita… Será eso.
Una señora bien californiana se presenta en el despacho deKinsey Millhone porque no encuentra a su hermana, Elaine Boldt, y la necesita para poder recibir una herencia. La cosa es que cuando Kinsey se pone a investigar resulta que Elaine no está donde debería estar y hace ya unos meses que nadie sabe nada de ella. Además, se fue a Florida un poco antes que cada año y coincidiendo con la muerte de la vecina de enfrente en el incendio de su casa.
En este caso, como en el anterior libro que reseñé, también hablamos de personas que se hacen pasar por alguien y de gente mayor. La novedad es que Kinsey conoce a un hombre, un policía que le ayuda un poquito. No os emocionéis que no hay ni una pizquita pequeña de pasión. Es que Kinsey es así, como distante.
La trama de este libro es interesante y la intriga se mantiene bien excepto cuando a Grafton le da por explicar como se abre una puerta (dos páginas enteras de ganzúas) o como ha quedado una casa después de un incendio (cinco páginas enteras). Ninguna de las dos descripciones son necesarias. Los personajes de la hermana pija y su marido son un poco molestos también porque son raros y porque su rareza solo existe para poder añadir unas 20 páginas más al libro. Si las quitas enteras no pasa absolutamente nada.
A mi me gusta el vecino de Kinsey, el señor mayor, y en esta novela casi no aparece. Solo un momentito de nada que se aprovecha para recordarnos que Kinsey tiene que recuperarse mentalmente del trauma de haber matado a alguien en su caso anterior (lo siento por el spoiler). Y éste es otro aspecto que molesta porque la autora se empeña en poner a la protagonista en el momento post-matar a alguien como si eso fuera algo traumático pero luego no hace actuar a la protagonista consecuentemente. A Kinsey no se le ve el trauma por ninguna parte.
El libro va de nuevo de gente que juega a ser alguien que no es, de robar la identidad a alguien. En inglés el libro se titula B is for Burglar (ladrón) y en español para que cuadrara lo llamaron B de Bestias. No llega a bestia el personaje malo, aunque la autora se empeñe en hacer proferir ruidos raros y a destrozar viviendas como quien va al mercado.
A pesar de estos defectillos el libro sigue siendo un buen entretenimiento si no se tienen las expectativas muy altas. Eso sí, yo no me gastaría el dinero, id a la biblioteca, antes que nos las recorten también.