La información

sordociegomudoCada vez me saturan más las redes sociales. Todas ellas. En realidad no me saturan las redes si no el uso que hacemos de ellas. Miro mi Facebook y está lleno de falsedades, estupideces y frivolidades. Está lleno de indignaciones instantáneas que duran lo que dura darle al «me gusta» o al compartir. Está lleno de frases que dijo no sé quién, cuando quien las comparte o twitea ni sabe quién era el que la dijo, ni qué significa la frase en cuestión. Está lleno de titulares exagerados o directamente falsos de publicaciones online, que nadie sabe de quién son ni de donde vienen ni qué intereses sirven.

Cuando estudiaba comunicación intentaron enseñarme algunas cosas. La mayor parte de lo que intentaron enseñarme lo olvidé y la mayoría de cosas que sé las aprendí en otra parte. Pero hay un par de cosas que me quedaron grabadas.

La primera y más importante porque es imprescindible es: la información siempre, siempre, siempre, se contrasta. Sí, ya sé que esto de contrastar la información, de asegurarte de que es verdad, o casi, está pasado de moda y que ni en los grandes medios se hace ya. La cosa es copiar/pegar, que es más rápido y menos «peligroso». Pero de esas lluvias, estos lodos: si ni los profesionales contrastan, comprueban, como vamos a hacerlo los simples mortales! La cuestión es copiar/pegar, o en las redes compartir y retwitear. Qué más da si es verdad o no. Antes si algo salía en la tele o lo decían en la radio o lo publicaba un periódica creíamos que era verdad. Ahora ya todo nos parece verdad. Digno de ser compartido y retwiteado.

Otra de las cosas que aprendí es que uno tiene que hablarle al lector sabiendo que es una persona inteligente pero que no lo sabe todo. Parece una tontería pero no lo es. Se trata de no hacer sentir estúpida a la gente y eso, aunque no lo parezca, es muy difícil. Tengo que reconocer que ésta es aún una de las cosas que más me cuesta porque, hace ya tiempo que lo acepté, tiendo, sin querer, hacia la pedantería. El sistema que utilizo para hablar al lector sabiendo que es una persona inteligente pero que no lo sabe todo es imaginarme que hablo con mi madre. Mi madre es una persona inteligente que no lo sabe todo y todo lo que escribo lo que escribo con ella en mi cabeza. Así escribo con respeto hacia el que me lee e intentando ofrecer información que sea verdad  u opiniones razonadas.

Y la última cosa que aprendí es que no has contado bien nada si no respondes a la pregunta ¿por qué? Hay otras muchas preguntas que hay que hacerse, pero preguntarse por los motivos de algo es imprescindible para entenderlo. Hay que preguntar qué, cuando, cómo, quién y donde suceden las cosas que suceden. Pero por qué suceden las cosas es todavía más importante.

A mis amigos y amigas de Facebook, a las personas que sigo en Twitter, en realidad, a todo el mundo en general os pido, por favor, que antes de compartir, retwitear o lo que sea que queráis hacer online intentéis contrastar la información, que antes de compartir algo sepáis quien lo dice y por qué, de dónde ha salido eso y quien hay detrás del medio donde se ha publicado, que intentéis respetar la inteligencia de las personas y, sobretodo, que os preguntéis más a menudo por qué. Y que sepáis que los por qués nunca son ni simples, ni fáciles, ni se encuentran a la primera.

Al principio, había unas pocas personas que producían información y unas pocas personas que la recibían. Después vino la imprenta y siguieron siendo pocas las personas que producian información mientras crecía, poco a poco, el número de personas que la recibían. La prensa, y después la radio y después la televisión hicieron crecer todavía más los receptores de esa información, para hacerla llegar a casi todo el mundo, pero los productores seguían siendo unos pocos y la realidad de la que informaban estaba delimitada por sus intereses.

La gran revolución llegó con internet. La ciudadania ya no es un simple receptor de la información sino que se ha convertido también en productora de información. Y eso es extraordinario. Todos podemos crear realidades, ofrecer puntos de vista, perseguir intereses. El problema es que no nos hemos dado cuenta que esa capacidad conlleva también responsabilidades. Internet es joven y todavía no hemos encontrado la manera de manejarla. Internet es grande, enorme, casi infinita. O aprendemos a usarla o se nos va a comer a todos.

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