El hombre esfumado es un periodista sueco que desaparece en un viaje al Budapest comunista, como comido por el telón de acero. El pobre Martin Beck tiene que irse a investigar solo y de incógnito a Hungría. Si verlo en Suecia ya es triste, porque el tipo es aburrido, verlo vagabundear por una de las ciudades más impresionantes de Europa te da ganas de pegarle para que reaccione. Pero no hace falta, reacciona él solo aunque un poco forzado por las circunstancias. «El hombre que se esfumó» parece un libro de espías, pero no lo es, y como en el resto de la serie que ya he leído (podéis leer las reseñas aquí, aquí y aquí) olvidas a menudo que estás leyendo algo escrito hace más de 40 años.
«El hombre que se esfumó» es la única novela traducida que ha ganado el premio Edgar a la mejor novela, concedido por la Asociación de Escritores de Misterio de Estados Unidos. Val McDermid, que escribe el prólogo a la edición que yo he leído, dice al respecto:
Para mí, esto no es particularmente sorprendente. Y les puedo asegurar que, si leen sus libros, acabarán dándome la razón. A mí, y a los demás escritores de serie negra, que somos plenamente conscientes de cuánto le debemos a esta pareja de periodistas suecos, metidos a novelistas.
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