Ramón

Cuando era pequeña tenía un novio. Se llamaba Ramon. Era el niño más guapo de todo el jardín de infancia.

Era el hijo de la cuñada de mi tía. Pero fuimos novios antes de ser conscientes de que éramos família. De hecho, cada día nos convertíamos en familia porque nos casábamos durante el recreo. A veces, es verdad, nos saltábamos ese paso e íbamos directos a cuando él hacía de vaquero del oeste y yo de mujer de vaquero del oeste. Él decía que se iba a cazar y desaparecía para jugar con sus amigos a lo que fuera y yo me quedaba ahí preparando sopas con agua de la fuente, piedras, hierbas y un poco de tierra. Al rato venía, hacía como que se comía la sopa, me daba un beso y se iba a cazar/jugar otra vez.

Creo que es por esos juegos en el jardín de infancia que no me he casado.